La pregunta clave es la siguiente: ¿Es posible el dialogo, la paz y el entendimiento en la Venezuela del día de hoy y bajo las presentes circunstancias? Evidentemente que SI, siempre y cuando se acepte la oferta que por años estuvo haciendo el difunto Caudillo y que ha sido rechazada sistemáticamente por algo más de la mitad del país. La condición vita de esta negociación es aceptar la propuesta de un modelo socialista (comunista), con un líder supremo y vitalicio, con un partido y un pensamiento único, como también, con sentido de la propiedad colectiva en función del interés general.
Como parte de este contrato de convivencia en Paz, se la agrega el seguir en la “fiesta socialista” de compartir con Cuba y la hermandad socialista internacional las riquezas y el trabajo de todos los venezolanos. El problema radica realmente, no solo por los hechos mensurables en Venezuela, sino, en los países ex comunistas que tal modelo es escuálido y contrario a los verdaderos intereses de los ciudadanos, sus familias y las comunidades.
Una verdad a voces, mensurable y cada vez más patente: El modelo propuesto por el “caudillo” difunto se auto - arruinó, se agotó en sí mismo y ya no le queda nada para ofrecer como no sea eso que los comunistas manejan con endemoniada destreza: la propaganda ideológica y política en ese pretender mantener la promesa de una sociedad igualitaria, justa, humanista y solidaria. Pretender vender una utopía como algo que es una verdad, siempre será una mentira.
El ministro Ramírez, fiel representante de lo señalado casi se muerde recientemente la lengua tratando de explicar el SICAD II cuando con relación al precio de esa nueva modalidad se le soltó que ''será la oferta y la demanda'' quienes determinen el valor de mercado de esa mercancía escasa que es el dólar americano. Un mecanismo absolutamente CAPITALISTA y quienes van a ofrecer los dólares son los ''privados'' y no el Estado que no los tiene, y ansioso espera el nuevo tramo de los 5.000. 000.000 millones de dólares chinos más, otros negocios ''menores'' para poder participar de alguna manera no sea que perder el control del mercado. Del monto real y total de de la deuda pública interna y externa, ni se mencionó, de lo que se infiere que los 13.000.000.000 millones de dólares que se le adeudan a los privados, será a nuestra humilde opinión: quedarán durmiendo el ''sueño de los justos'' con el consiguiente cierre y quiebra de muchas empresas.
No podemos pasar por alto la reacción del gobierno panameño al meterse de lleno en un problema donde no tenía peso específico y donde ha salido con las ''tablas en la cabeza''. Pero lo más sorprendente es que renunciar voluntariamente a tomar represalias, cuando corren peligro 33.000 puestos de trabajo en ese pequeño país que ha prosperado gracias al comercio y la inversión privada extranjera en una apertura económica sin precedentes, sin contar con la humillación, de que ahora el señor Maduro acusa al presidente de ese país de cobrar un 20% de comisión por cada negociación aprobada a los empresarios de ese y nuestro país. ¿Qué pasara? Los días nos darán las luces panameñas.
La desesperanza que inunde estos eventos, nos hacen reflexionar que este país nació para desaparecer como nación. Vemos el devenir de nuestra historia, desde el Descubrimiento hasta el día de hoy, entre líneas, se lee la historia de un perenne saqueo, de pérdida de grandes oportunidades, por un vivir ''a la buena de Dios'', sin pensar en el mañana; viendo como los grandes hombres en la historia de nuestro país han terminado traicionados o en el exilio, mientras otros preferían disfrutar sus fortunas mal habidas en Europa o en los Estados Unidos.
Muchas de las Fortunas, construidas a la sombra de las más espantosas dictaduras y en los ríos revueltos de nuestra democracia reciente. Sin sentido de pertenencia o de arraigo. Desarrollando desde la cuna un alma de filibusteros, corsarios y piratas a la caza del oro fácil y al engaño a un pueblo de incautos que pareciera disfrutar les rompan los sueños de un futuro mejor.
Se percibe en momentos que la oposición política está equivocada, pues ignoran la naturaleza del socialismo (comunismo). Es un sistema tan opresor y asfixiante que nada escapa a su control absoluto. Es un totalitarismo tan aberrante que solo puede sobrevivir mediante la aplicación de la violencia estimulada por el odio. Solo cuando se agota en si mismo y ya no puede obtener nada mas, entonces declina y desaparece por un tiempo, hasta que las ''condiciones objetivas'' les permiten florecer de nuevo. Rusia y China son dos buenos ejemplos. Naciones que empobrecidas y arruinadas por la práctica del socialismo real, recibieron toda la ayuda inimaginable de Occidente.
Pero la realidad de su praxis es siempre la misma, “Se nutren del capitalismo salvaje urgido de nuevos mercados, crecen y prosperan”. Hoy lo logramos visualizar de forma facial; ahora pretenden devorar a ''la madre que los parió''. Rusia quiere ser de nuevo la potencia que fue cuando era la URSS, busca anexarse territorios, controlar las fuentes de energía que alimentan con gas a Europa, por otro lado, China, es ya la superpotencia financiera del mundo todo y ya inició la construcción del Ejército más poderoso del planeta con la tecnología de punta más avanzada.
Entendemos el planteamiento que sugiriera el rector Ugalde, fundamentado en la reflexión, el sentido común y la sensatez, amén de una fe cristiana inconmovible. Pero es poco lo que la Iglesia puede hacer por nosotros en este momentos tan cruciales, salvo infundirnos valor para continuar sobreviviendo. Esta es la hora de los grandes compromisos, sin miedo, sin ''medias tintas'', no esperamos menos de nuestra Iglesia. Un humilde cura guajiro, el padre Palmar, es un ejemplo de apostolado, de el hacer del evangelio la palabra de Dios en hechos concretos, con la verdad por delante y expuesto al martirio. Esa es la Iglesia que necesitamos y queremos, y que seguramente nuestro Papa Francisco nos propone en estas horas tan difíciles.
Lamentablemente los sectores (algunos se pudiese afirmar) empresarios quieran creer que colaborando con este régimen oprobioso le están haciendo un favor a nuestro país es una auténtica falacia; además de percibirse claramente que se están haciendo ''el favor'' a si mismos, o cuchilla para sus propios pescuezos. Ellos lo saben, pero rehúyen abordar el tema con un alto grado de conciencia ética y cristiana. En nuestra opinión, son gente sin patria, hijos del capital, el lucro y representan a veces lo peor de los instintos del capitalismo criollo cuando acepta convivir y beneficiarse de un régimen oprobioso y criminal. Ambas actitudes son esencialmente amorales.
Finalizamos en este paseo de la realidad de nuestro País, haciendo referencia primero a lo que afirmo el rebelde mexicano Don Emiliano Zapata: ''Si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el gobierno''. Por el otro lado, el esfuerzo de los sectores universitarios es la iniciativa más racional y nombre de estas clases sociales pensantes y formadas todavía bajo el crisol de la universalidad del conocimiento, a estos nuestras bendiciones y profunda admiración.
Profesor Universitario y Dirigente Político
@joseponsb