Suenan terribles las expresiones de un Presidente cuando afirma que desea la Paz en el país, mientras que la nación está sumida en el hambre, la corrupción, la inseguridad, la inflación y el constante discurso de la ofensa e irrespeto a los Derechos Humanos y Sociales. Al mismo estilo del gobierno cubano, la subyugación como herramienta de dominación este gobierno logra en lo trivial mantener una Paz tan vacía, como los estómagos de ciudadanos, sus familias y las comunidades.
En Venezuela, no se encuentran soluciones estructurales, en cambio, la crisis se transforma en organizadas mafias que vinculan a los Cuerpos de Seguridad, Políticos y Pranes protegidos desde los despachos correspondientes. Este panorama, aquí y en ninguna parte del mundo lograría consolidar una Paz social. Entendiéndose tal propuesta como un acto profundamente contaminado con la manipulación mediática y el burdo discurso del que no es capaz de salir a la calle sin la debida protección de una guardia pretoriana.
El venezolano sumido en este nuevo orden político que se le plantea en base a la supervivencia vital de sus familias, transcurrimos el tiempo en la búsqueda del agua, los alimentos, las medicinas y la protección de una sociedad criminalizada por un concepto de “Impunidad de Estado” establecido como parte de un plan que dio resultados en Cuba por más de 55 años y buscan que en el país logre tal cometido.
En el recorrido de los eventos que hoy se manifiestan como serios problemas, la falta de un concepto básico de Estado, está presente en todos ellos. En la problemática del agua un común denominador en el país, falta de inversión, destrucción de los ambientes boscosos, rompimiento del ciclo del agua en las reservas hidráulicas y ninguna solución estructural es ello. De la electricidad ni hablar, las grandes y millonarias inversiones en esta área, tanto en el tiempo del difunto, como de la actual administración, se hubiese construido dos “GURY”. Así vamos por cada sector y observamos un país gobernado con una indolencia, natural en un extranjero sin compromisos con Venezuela.
Es de suponer que esta Paz, que busca consuelo ahora en la Iglesia o en la beneficencia, no logra su cometido. El orgullo del venezolano está entre dicho, somos un pueblo noble, pero no pendejo; benevolente, más no sinvergüenza. Esto indica que esta Paz que el gobierno predica, llega a su fin, sea por la vía de la renuncia del que la predica o el “esfuerzo creador de la reconciliación práctica”. Mientras el pueblo no consiga la verdadera Paz, permítame informarle que tampoco la tendrá el gobierno.
La Paz deberá girar en el crecimiento como proceso que sucede en el interior del pueblo y consiste en el aumento de las posibilidades de aumentar en calidad, cantidad y de posibilidades que le brindan mejores condiciones de adaptación al medio ambiente o su entorno social (DDHH). Por el otro lado, el desarrollo es una condición social en las cuales la necesidades autenticas de una sociedad satisfagan las condiciones primordiales en el crecimiento de una persona, sus familias y las comunidades. (DDSS)
Dr. José E. Pons B. /Movimiento de Ascenso Social / (MAS)