El blog de jose ernensto pons b

No hay dudas que el sistema capitalista vigente ha fracasado en su capacidad de generar beneficios para toda la población del mundo, así lo evidencian las más de tres mil millones de personas que viven con menos de dos dólares diarios y que nos recuerdan que siguen viviendo en la pobreza sin disfrutar de los beneficios del mundo moderno. Esto también se ha traducido en inequidad en el uso de los recursos naturales, específicamente a través del consumo energético, poniéndose en peligro inclusive el futuro del planeta por el consumo desenfrenado de unos pocos. Tal cual como coincidimos con el columnista Diego Lombardi.

De esta forma la izquierda ha logrado capitalizar el descontento de la mayoría de la gente a través de la esperanza de un futuro mejor. Tanto que al extremo se cultiva una lealtad a estas tendencias que se desarrollan en su mayoría en base a un fardo de ideas que sustenta el odio y por el otro lado la esperanza de un mejor vivir, justo y solidario. Que por cierto nunca llega en muchos casos o experiencias que se han vivido nuestros pueblos latinoamericanos. La cual sigue pensando en términos absolutos.

Es decir, sus ideas siguen girando en torno al anticapitalismo, antiimperialismo, y todos los demás viejos modelos utilizados por los antiguos países comunistas. Que hoy en día reposan de una u otra formas en modelos capitalistas, de los que logran iniciar procesos socio económico para ofrecer comida, bonanza y éxito a la mayoría de sus conciudadanos.

Nos preguntamos con insistencia ¿porque tanto retumbar en los medios de comunicación, sobre un  socialismo bolivariano e indicar que ese es el camino hacia una patria bonita? Siendo que este estilo de gobernar, en los últimos diez años, lo que nos ha brindado con seguridad, es la justificación para el enriquecimiento y la bonanza de un sector especifico y por otro, justificar en esa mezcolanza de expectativas el hecho de perpetuarse en el poder, la nueva y rojita oligarquía en Venezuela.

El fracaso rotundo que actualmente enfrenta la izquierda menos progresista de América Latina draga en el existir ciudadano la más honda desesperanza, aprendido en base al sudor y lagrimas de los pueblos. Los grandes problemas generados por las desigualdades, entre gobernados y gobernantes socialistas “ortodoxos” recién inicia  el despertar  de las conciencias de sectores, cuyas expectativas se desvanecen por la tumultuosa cantidad de mentiras engarzadas en un discurso “mocho” que contradicen sus realidades. 

Tiempo para estos, ¿hasta cuando esperar? para resolverles los problemas de inseguridad, hambre, desidia gubernamental, creciente desempleo e incapacidad de lograr honestamente la administración de los recursos que sustentan sus economías. Por otro lado, el tiempo en estos casos son muestras de ser nuestro peor enemigo, para estos modelos basados en el odio; el caso cubano es una muestra patética de una dictadura de desesperanzas para un pueblo sometido.

Las nuevas soluciones mágicas, que expone el Presidente Venezolano, como respuesta a las fallas de sistema políticos anteriores y no como acciones concretas a los problemas existentes. Sella con su muy atípica manera, la izquierda real, conformada por una cofradía de cómplices que además de cubrirse  sus intereses personales, también buscan destruirse uno a otros de las formas mas viles conocidas. Haciendo de esta comedia el medio mas fértil de consolidar su lucro personal.

Los pueblos exigen de los aportes tecnológicos, de la formación útil y practica, del conocimiento, la justicia  entre otros elementos, la resolución de sus problemas. No entregadas en paquetes de dadiva bochornosas, sino, de planificadas formas de desarrollo, éxito y mejoramiento de economías y valores sociales que dirijan sus esfuerzos al bienestar y crecimiento de los ciudadanos, sus familias y sus comunidades. (Teoría del ESTADO SOCIAL).

Venezuela, 26 de Julio de 2.009

Elaborado por José Ernesto Pons B.