El concepto de ciudad ideal aparece desde el momento en que el hombre pensó en la perfectibilidad de su hábitat, momento a partir del cual la ciudad pasa a conformar parte del imaginario colectivo. La torre de Babel, la ciudad de Tel el Amarna de Akhenatón en Egipto, las especulaciones urbanas del renacimiento, los Falansterios; constituyen las respuestas que cada sociedad ha ofrecido para visualizar ese lugar ideal donde vivir.
Lagunillas dentro del marasmo tradicional de la gerencia municipal venezolana no escapa del fenómeno de la esperanza y las cargas pesadas de la ineficiencia y crisis del Estado mismo, guindan en ese desarrollo parte de la culpa que genera tales vicisitudes, que proporcionan al ciudadano el no lograr el sitio ideal para vivir.
Afirma Navalón (2.009), “La supremacía tecnológica hoy llamada Globalización ha sido uno de los factores en los que las sociedades logran visualizar el éxito o el fracaso del Estado”. Los niveles de exigencias, la capacidad de respuesta y la voluntad férrea de lograr trascender en el ejercicio del poder local, se funda en el reconocimiento de factores que determinan el manejo adecuado de una gestión.
Por lo cual, cuando un municipio como Lagunillas que posee ascendencia de culturas diversas y donde el desarrollo y éxito de ciudadanos, familias y comunidades se plasman con los años de trabajo honesto, desarrollo comercial e industrial sellan con la gracia divina los senderos de lograr un lugar ideal. No lográndose esto, la sinergia local ofrece un panorama en el cual se muestra los elementos nocivos que no permiten consolidar a la provincia.
La actual administración, basada en acuerdos y formas tradicionales dentro del “argot” político local y regional, asume el rol de gerenciar en los años 2.008, la gente con duda se resigna por aceptar las imposiciones de las cúpulas caraqueñas de los mismos círculos políticos que arrastra la crisis del Estado que vivimos. Los resultados han evidenciado tal error, dándole a lagunillas las situaciones que lo han hecho cada día estar más lejos de ser ideal para vivir.
Sociedad de cómplices, buscan perpetuarse en el poder local buscando sus beneficios, de lo cual afirma la TESL (2.007), “que de las gestiones locales solo quedan los indicadores de riquezas municipales, plasmados en la proporcionalidad de riqueza que obtiene el alcalde y la pobreza estadística que le queda al municipio”. De esta realidad, no ha escapado la Costa Oriental del Lago.
Sumado a esto, una administración sin visión de gobierno, sin sentido trascendental de sus autores y facturas por cobrar de quienes esperan el turno de enriquecerse, luego de la salida del anterior, que hizo lo mismo pero con mas tino. Logra empobrecerse el conglomerado social del cual brilla su amalgamada pobreza en pequeños momentos domésticos que le proporcionan alegría.
Ante el panorama desalentador de un Gobierno Nacional que despojo a esta tierra de grandes y exitosas empresas, de fuentes de trabajo fértiles y variadas, de extraer lo mejor del petróleo zuliano, entre otras cosas. Lagunilla se encuentra desprotegida y secuestrada por un grupo minúsculo, donde la intelectualidad, la iniciativa y honestidad no existe; desamparada de controles y de liderazgos que pongan fin al caos local sucumbe sin duda al caos político y social.
Por lo cual, la necesidad de un cambio se deslastra de esta realidad. Siendo el municipio la columna vertebral del desarrollo de la gente, sus familias y sus comunidades, deberá recurrir a un plan estratégico logrado por todos. Donde los ciudadanos, sus familias logren visualizar el éxito la bonanza, su desarrollo y crecimiento real. Para ello, el reto, la protesta y el plan son elementos esenciales en este juego de hacer a Lagunillas un lugar ideal para vivir.
Oíd la voz desde el desierto,
Oíd la voz del profeta,
Oíd la voz de Dios.
La Biblia.
Elaborado por:
JOSE ERNESTO PONS B
VENEZUELA, DICIEMBRE 2010
ENLACES INFORMATIVOS:
DIARIO EL REGIONAL DEL ZULIA
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EQUILIBRIOINFORMATIVO.COM
ELESTADOSOCIAL-LATINAMERICANO.OVER-BLG.ES
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