El blog de jose ernensto pons b

Si es realmente un tema que todos evadimos, no con ello escapamos del tema y aún más, lo obviamos con la intención de que nadie lo mencione a nuestro lado. Pero el tema de la muerte, tarde o temprano, a todos nos toca enfrentarnos a ello y más a vivirla en nuestros seres queridos. Como ladrón en la noche, llega y nunca la esperamos conscientemente e inconscientemente, logramos ponerle en nuestro sistema mental un muro fuerte, pero este se derrumba cuando llega. El temor, el miedo por lo desconocido, el despegue de nuestras personas amadas y los cambios que esta genera por los seres que no veremos, escucharemos como sentiremos más nunca, y que no volverán a tocar nuestro existir. Lo que nos trae a nuestras vidas una devastadora situación donde el recuerdo y el dolor se entrecruzan, haciéndonos  víctimas de la depresión, el dolor y la tristeza.

La llegada de esta compañera de la vida, llegue de golpe, o lentamente, sea en cualquier caso el impacto y el dolor que nos provoca es profundo. Sea que queramos “disfrazarla” con creencias, filosofías, cuentos para algunos de reencarnación, o vida detrás del túnel y la luz y así mil formas de amortiguar ese momento, no nos logra que el tiempo nos deje la profunda huella del ser querido que partió de nuestro lado o del derrotero que asumiremos con ella. Lo que si comprendemos, es que esta compañera de la vida, tiene un poder devastador, que nos destruye, nos carcome la felicidad y la esperanza que nos brindaba tan especial compañía en la vida. He allí, que el tema más que evadirlo, deberá ser un motivo de inspiración para ser felices, lograr en vida con los nuestros, planear, disfrutar y definir nuestros lazos a sabiendas que son vitales para los seres humanos.

Ha habido culturas dedicadas a este encuentro, entre las más importantes es para nosotros la egipcia. Invertían la vida para prepararse a su encuentro. Los faraones y reyes, haciendo de esta experiencia el centro de su vida, aunque suena contradictorio ante la majestad de sus oficios. Las pirámides son testigo de lo que afirmamos, como imagen de mil palabras que pudiésemos tratar en el presente. Las religiones, algunas paganas otras no, sectas y prácticas de grande figuras han insistido en no padecer la muerte, en muchos casos centrados en buscar obviar el encuentro personal con la muerte. Han dedicado legendariamente esfuerzos para ello. El caso de Qin Shi Huang emperador chino les exigió a sus magos y alquimistas pociones y elixir para lograr ahuyentar a la muerte, hoy por hoy, pensamos que sus esfuerzos fueron en vano.

Es así, que en esta panorámica, veremos la muerte de diferentes formas y destinos. Lo que pudiésemos afirmar coincidiendo con Yorden (2015), “Es que la muerte no es lo opuesto a la vida, sino, parte de ella, una parte intrínseca que nunca podrá separarse de ella”. En muchos casos, el cristianismo bíblico presenta una perspectiva de lograr verla de forma diferente, vale la pena escudriñar a estos señalamientos y darnos más perspectivas sobre la compañera de la vida.

Dr. José Ernesto Pons B/@joseponsb/ Profesor Universitario Ordinario y Psicólogo.